Capítulo 10

Esa semana comenzó sin sobresaltos. El lunes tuviste un poco de trabajo ya que una excursión de niños del Liverpool Institute for Boys paró a tomar un helado. Eran unos 20 niños ruidosos y dos maestras. Serviste los helados lo más rápido que pudiste, ya estabas dominando la máquina, y te dejaron una buena propina. Algunos de los niñitos te hacían caritas y guiñaban los ojos al salir, tu solo reias, eran muy graciosos. Saliste del trabajo temprano, llegaste a casa, tomaste un baño y pensaste en llamar a George para hacer algo esa noche. Pero se te adelantó, el teléfono sonó a las siete.
"Hola, ¿(tn)?¿ tienes algo que hacer ahora?"
"Hola George... mmm... no, estoy libre" no querías decirle que ibas a llamarlo, te gustaba que el siempre tomara la iniciativa.
"Bueno, pasaré por ti en quince minutos"
Corriste a tu pieza, te pusiste unos jeans, y una blusa azul (recordaste que el color favoritos de George era el azul). Maquillaste tus ojos, y pintaste tus labios con brillo de sabor...
Exactamente quice luego sonó el timbre. Era el, tan perfecto como siempre, el cabello prolijamente despeinado, los ojos negros brillandole. Te saludó con un tierno beso en la mejilla, y te dió una flor violeta que había cortado para ti.
"Me encanta como te ves de azul..."
Llevaba una cesta de mimbre en las manos, no te imaginabas para qué.
"Estuve pensando, que como la noche es cálida... podríamos ir a cenar al parque, junto al lago", te pareció una idea super tierna de su parte, era muy detallista.
Caminaron de la mano todo el camino, el acariciaba suavemente sus dedos entre los suyos. Cuando casi estaban llegando te rodeó con su brazo, y te besó de nuevo en la mejilla. Era como un sueño hecho realidad.
Eligieron un lugar cerca del agua, la puesta de sol teñía todo de rosado, y el lago lucía como un granes espejo. Extendieron una manta, y George se recostó sobre ella. Tu hiciste lo mismo. Allí estaban, los dos solos en ese pequeño claro, recostados sobre sus espaldas, tomados de la mano. Parecían alejados del mundo.
"Sabes, nunca coincidí en tantas cosas con una chica. La mayoría de ellas solo quiere estar conmigo porque toco la guitarra en una banda, y no tienen el mínimo interés en hablar, en conocernos de otra forma..."
Ciertamente tenías muchos gustos en común con George, el te escuchaba y tu a el, y se la pasaban muy bien juntos.
"Pensé que no ibas a prestarme atención (tn)... pensé que no iba a gustarte"
"Qué cosas dices George, ¿por qué no ibas a gustarme?" en un momento Ringo se cruzó por tu mente.
"Porque pensé que ibas a pensar que era como cualquier otro chico que hayas conocido, que me gustaban todas las muchachas, y que no las respetaba"
"Puedo asegurarte que nunca pensé en eso... eres muy dulce conmigo George"
"Y tu eres una princesa... mi princesa (tn)" la voz pausada de George hacía latir a mil tu corazón. Sabía exactamente que palabra enfatizar. No podías creer que estabas ahi, recostada sobre esa manta, con el a tu lado. Sus brazos rozaban, el jugaba con su mano sobre la tuya.
Siguieron hablando de la vida, de su infancia, de sus sueños y cenaron. George había preparado sandwiches.
"Disculpa la falta de elaboración, estaba apurado..."
A ti no te importaba ni medio. Estar ahi con el, perderte en sus ojos, hablarle, escucharlo, era más que suficiente. Terminaron de comer, y George volvió a recostarse sobre la manta. Tu hiciste igual. Cerraste los ojos para escuchar el agua correr, las aves, el viento en las copas de los árboles. Y de repente George se inclinó sobre ti, y comenzó a besarte. Empezó como un beso tierno, acariciaba tu rostro con la yema de sus dedos...
"Tus labios saben a cereza..."
"Ah, es que me puse labial"
"Jamás probé algo tan delicioso... eres simplemente de ensueño (tn)" dijo arqueando sugerentemente sus cejas. Era demasiado sexy, y hacías todo lo posible para ocultar los efectos que causaba en ti. Siguió besandote, tu comenzaste a recorrer su marcada espalda, a tocar su frondoso cabello que olía tan bien. El tiempo se congeló en ese instante, y no importaba nada más que el y tu. Cayó la noche y el te acompañó a casa. Ahora te rodeaba con su brazo protector, y murmuraba cosas tiernas en tu oido. Al llegar a la puerta te abrazó fuertemente, como si no quisiera dejarte ir jamás.
"Adiós mi princesita... no sabes todo lo que siento por ti aquí y ahora"
"Ay George..." cada palabra suya agrandaba tu corazón cada vez más. "Eres demasiado bueno conmigo"
"Jamás es demasiado, yo... te quiero"
"Tambien te quiero"
Tomó tu rostró y te besó nuevamente. Prometió volver a verte pronto.
"Ya no quiero perderte..." dijo. Por primera vez un dejo de timidez se mostró en su rostro. George no era para nada tímido, era más bien cauto, pero estaba bajando su guardia.
Entraste y te desplomaste detrás de la puerta. Jamás sentiste tantas cosas hermosas al mismo tiempo. Un torbellino de imágenes y sensaciones alborotaba tu mente. Corriste a hablar con Ellen, necesitabas descomprimir la presión de tu pecho. Le contaste absolutamente todo, si bien Ellen seguía sintiendose triste, se alegraba por tí. Le preguntaste si sabía algo nuevo de John. Te contó que esa tarde alguien deslizó un papel debajo de su puerta que decía "Te extraño, ¿podrías perdonar a este tonto con un gran corazón?". Te pareció tan tierno, pero Ellen no quería dar su brazo a torcer. Si John la quería tanto como decía, debía enmendar lo que había hecho, y no le iba a ser fácil. También te contó que había pasado la tarde con Paul.
"¿Con Paul? Pero... no sabía que ustedes fueran cercanos"
"Somos buenos amigos. Desde lo que pasó con John el se ha preocupado por mí. Hoy pasó por casa a dejar unos discos de jazz que mi hermano le había prestado, y se quedó a tomar el té y a jugar cartas. Fue divertido, la pasamos bien"
Por un lado te ponía contenta, ya que Paul, al ser amigo de Ellen y a la vez de John, quizá ayudaría a enmendar las cosas entre ellos. Pero por otro te llamaba la atención el interés repentino de el en ella.
Siguieron hablando animadamente y Ellen te contó que la última semana de verano, todos los chicos (John, George, Paul, Ringo, Joe, Sally, ella y demás amigos) iban a Brighton para disfrutar de las playas y despedir las vacaciones. La banda se presentaba todos los veranos en un pequeño bar cercano a la costa. Obviamente que tu estabas invitada. Todavía faltaba un poco para eso, pero te llenó de emoción. Charlaron un poco más y cortaron. Ellen era maravillosa, era tu confidente y tu la de ella, y la pasaban de maravillas juntas.
Justo cuando colgaste volvió a sonar el teléfono.
"¿Hola?"
"Hola princesa, no puedo dejar de pensar en ti..."
"Aww, George... yo tampoco" casi mueres de un infarto.
"¿Ya terminaste de hablarle a Ellen sobre mi?" dijo sarcástico.
"Jaja, debo de ser muy predecible. Me contó sobre la semana en Brighton..."
"Me muero por tenerte solo para mi una semana... solos tu y yo y la playa... tengo un millon de sorpresas para ti"
"Estoy... eres... que vergüenza..."
"No tengas vergüenza conmigo, quiero conocerte a fondo (tn)"
Este chico no era real, pensaste...


Continuará...

3 Response to "Capítulo 10"

  1. Alee Harrison Ulrich McKagan Says:

    aww *o* tu nove hace que me enamore cada ves mas de george xD

  2. Alee Harrison Ulrich McKagan Says:

    sii! sube el otro capitulo *o* xDD

  3. María Isa. Says:

    que liindo escribes^^
    amo esta historia *-*

Publicar un comentario