Capítulo 23

Luego de hablar con Ellen corriste a tu armario para ver qué te pondrías para la cena en lo de George. No sabías si ir elegante, o casual, o con vestido o jeans. Revolviste entre tu ropa, y finalmente te decidiste por una camisa azul claro (recordaste que a George le gustaba ese color) y unos jeans. Suponías que no iba a ser algo muy formal. Te cepillaste los dientes, y te fuiste a la cama. Te costó dormir de nuevo, pero hiciste el esfuerzo, bloqueaste los pensamientos negativos.
A la mañana siguiente te fuiste a trabajar animadamente, querías que el día pasara rápido. Efectivamente fue así. La heladería se llenó de clientes, niños, adultos, parejas, familias. Fue uno de los días más concurridos. Cuando saliste a comprar el almuerzo te diste cuenta de que hacía bastante calor, dentro del local no lo sentías. El cielo estaba completamente despejado, y de un azul celeste muy fuerte. Te recordaba a tus días en la playa. Por suerte, no viste a Ringo en todo el día, aunque con tantos clientes no tuviste tiempo de pensar en el. John y Ellen se dieron una vuelta cuando el sol estaba empezando a caer.
"Asi que... las cosas van en serio con Georgie" dijo John mientras sorbía un gran helado de chocolate.
"Pues si, hoy conoceré a su familia, el ayer se ha presentado formalmente a la mia" no pudiste evitar esbozar una gran sonrisa.
"Les vas a caer bien (tn), eres genial" John era aún más genial. "Ellos son muy buenos tambien, demostrativos, no entiendo como George estan callado a veces... pero definitivamente su familia no lo es."
"Son momentos, conmigo nunca fue demasiado callado..."
"Le gustas en serio, es por eso..." puso cara de enamorado.
"Por lo menos no es como este chiquillo, que me cuesta hacer callar" bromeó Ellen, poniendo los brazos en jarra. 
Se quedaron contigo hasta que cerraste, y te acompañaron hasta tu casa. La pasaban muy bien juntos, sabías que podías confiar en ellos, asi que hablaste sobre lo ocurrido con Ringo. Te sentirías muy incómoda la proxima vez que lo vieras. John prometió hablar con el, lo conocía hace bastante, y sabría como hacerlo entrar en razones.
Llegaste a casa, y te fuiste a arreglar. Tomaste una ducha rápida, te vestiste. Dejaste tu cabello suelto y te pintaste apenas los labios, querías que te conocieran tal cual eras. Bajaste al comedor, y avisaste a tus padres que ibas a estar a unas calles de allí, donde los Harrison. 
A las 8 en punto, sonó el timbre. Fuiste a abrir, y allí estaba el, perfecto como siempre. Con una camisa escocesa con un par de botones abiertos, jeans, el abrigo al hombro, hasta parecía que se había peinado. Estaba apoyado sobre el dintel de la puerta, y te miró a los ojos ni bien abriste. Esos ojos... casi te desmayas.
Se acercó lentamente, sujetó suavemente tu cintura, y te besó. Te apartaste de sus cálidos labios para saludarlo.
"Me vuelve loco ese sabor a fresa..." murmuró hablando de tu brillo labial, antes de que pudieras emitir palabra. Te sonrojaste.
"Ay Geo... tu me vuelves loca..." y era absolutamente verdad.
"¿Lista? Nos están esperando. Mi madre ya quería que te llevara a conocerla"
Caminaron las pocas cuadras hasta la casa de George. Estabas ansiosa, y algo neviosa. 
Llegaron a la casa de ladrillos con canteros que tu ya conocías. Entraron y George te llevó de la mano. Al pasar notaste que sobre una mesa junto a la puerta de entrada había varios portarretratos con fotos de niños. Algunas en días de escuela, otras de George y los que parecían ser sus hermanos. Te gustó una particular, donde estaba el, de unos 4 o 5 años de edad. Tenía el cabello castaño claro, y una pícara sonrisa. Llegaron a la sala de estar. Allí estaban sus padres.
"Mamá, papá, ella es (tn), mi novia" te presentó.
"Ay George, es aún más bonita de lo que nos habías contado" dijo su mamá, Louise. Era castaña, de cabello corto. Unos hoyuelos se formaban en sus mejillas cuando sonreía. La saludaste con un apretón de manos, pero ella te abrazó calidamente.
"Mucho gusto" les dijiste.
"El placer es nuestro" dijo Harold, el papá de George. "George nos ha hablado muy bien de ti". Era bastante alto, al igual que su hijo. También parecía muy simpático.
"Tus hermanos están afuera George, aprovechando la cálida noche" dijo su madre.
"Ven..." George movió su cabeza en dirección a la puerta trasera. Su patio era bastante grande, con pasto, y un columpio bastante amplio bajo el alero de la casa. 
Había varios canteros con violetas, nomeolvides, y un rosal que abarcaba una buena porción de la cerca trasera. Lucían muy bien cuidados, y resaltaban entre el pasto y la cerca, de colores apagados.
Se acercaron al columpio y allí sentados estaban dos muchachos un par de años mayores que ustedes, un chico y una chica. La muchacha tenía el pelo castaño claro, y era muy parecida a su madre. De hecho, también se llamaba Louise. El muchacho, también alto como George y su padre, de nombre Peter, se puso de pie y te saludó con un apretón de manos. Louise esbozó una sonrisa y te saludó con un beso en la mejilla. Se sentaron junto a ellos en el columpio, George te rodeó con su brazo.
"Asi que, tu eres la famosa (tn)" dijo Peter.
"George nos ha hablado mucho de ti" siguió Louise. "Eres la primer muchacha que trae a casa"
George la codeó, se notaba avergonzado.
"¿Dónde está Harold?" preguntó, "Pensé que ya habría llegado"
Según lo que George te había contado, Harold era su otro hermano, quién ya estaba casado y vivía fuera de casa. 
"No debe tardar, también tenía ganas de conocer a (tn). Esto es todo un acontecimiento" dijo Pete entre risas, y revolvió el cabello de George. Te diste cuenta que si bien George ya estaba crecido, seguían tratándolo como el pequeño. Hablaron un rato, te preguntaron que ibas a estudiar, de donde venías, te contaron anécdotas de cuando George era pequeño. El se sentía levemente avergonzado, y continuaba rodeandote con su brazo. 
Luego George pasó a mostrarte las partes de la casa que aún no conocías. Subieron al primer piso, y abrió una puerta blanca al final del pasillo. Era su habitación. Como Harold ya no vivía en la casa, la tenía para el solo. Estaba pintada de azul claro, con algunas imágenes de paisajes y de guitarras hechos a mano, y algunas fotos del cielo, plantas, insectos pegadas en las paredes y una cama en medio. Su ventana daba al patio trasero. Te acercaste a esta, y corriste levemente la cortina. Pudiste ver los colores de las flores resaltando en el anochecer.
"Me gustan mucho las flores de tu jardín Geo"
"Yo las cuido, ¿Sabes?, los nomeolvides son especialmente delicados..." respondió desde detrás de ti. No sabías que le gustaba la botánica, cada día descubrías algo nuevo de el. Te contó como consiguió los pimpollos y el mismo los plantó, al igual que las flores de los canteros de la entrada.
"Suelo hacerlo de noche, temo que si John o alguien me ve, me burlen de por vida".
Volteaste y lo viste sentado en su cama. Te sentaste junto a el, y comenzó a besarte lentamente. Te sujetaba suavemente el rostro, te volteaste para quedar frente a el. Se apartó de ti, y se corrió hasta su mesa de luz. Del cajón sacó una cámara de fotos. 
"Me siento un tonto, con tanto apuro, olvidé llevarla al viaje. Me encanta tomar fotografías..." se la colocó frente al rostro. "A ver, dame tu mejor sonrisa".
"Ay Geo... no soy muy fotogénica..." te daba vergüenza.
"Vamos... si eres perfecta. Solo sonríe"
Sonreíste y te apartaste el pelo de la cara. Te tomó dos fotografías. Luego se acercó a ti, te besó y extendió su brazo para tomar otra más. No tenías fotos con el aún. Se pusieron de pie, y se tomaron otra foto, esta vez con unas grandes sonrisas. Luego otra dándote un beso en la mejilla. Ya querías verlas en papel.
Cerca de las 9 llegó Harold, y la señora Harrison llamó a todos. 
El sí que se parecía un poco más a George, en especial en los ojos. Te saludó cálidamente, su esposa era muy bonita. Por un segundo te recordaron a Joe y Sally, lucían muy felices juntos, y según George, hacía pocos años que estaban casados. La señora Harrison había cocinado pasta, se sentaron todos en la gran mesa del comedor. Tu junto a George. Hablaron sobre música, y televisión, películas. Te contaron que la señora Harrison era comadrona, y el señor Harrison era conductor de autobus, aunque anteriormente había sido un gran marino.
"Siempre cuentas las mismas historias pá..." dijo George, sonando como un niño. George era evidentemente el pequeñín, y Louise la dominante, era la mayor de los cuatro y la única mujer. Peter era risueño, muy parecido a John en cuanto a su humor, y Harold tenía casi la misma voz que George. Eran una gran familia unida. Luego del postre se sentaron en la sala de estar, y el señor Harrison puso un disco de Ray Charles, tomó la mano de su esposa y la sacó a bailar. Harold hizo lo mismo con la suya. George se paró y extendió su mano frente a ti. Te dió vergüenza, pero no podías rechazarlo. La tomaste, y comenzaron a bailar. Todos reían, los temas eran bastante movidos, y cuando empezó a sonar Hit The Road Jack, el señor Harrison bailaba de forma graciosa moviendo los brazos. Louise y Peter se desternillaban de risa en el sillón.
"(tn) va a pensar que somos unos locos" dijo risueña la señora Harrison.
La estabas pasando bien, no querías irte aún. Sonó el timbre. Peter fue a ver quién era, regresó y le dijo a George que lo buscaban en la puerta. Lo acompañaste a ver quién era.
John estaba parado con un pequeño bolso en la mano.
"Georgie... y (tn)." Te saludó moviendo una mano."Escuchen, me quedaré donde Ringo un par de días... y Paul está ahi con el ahora. Pensé en buscar a Ellen e irnos para allá a pasar el rato. ¿Vienen?"
"¿Cómo que te vas a quedar con Ringo unos días?" preguntó George.
"Si, tia Mimi está histérica y hemos discutido. Me iré hasta que se calmen un poco las cosas, y los Starkey no tienen problema en recibirme." Se notaba que no era la primera vez que John se iba de su casa unos días. "Ahora mismo está Paul allá, jugando poker en el altillo con Richard"
Te contaron que la casa de los Starkey tenía un altillo con un leve arreglo acústico que lo hacía especial para fiestas o pequeñas reuniones, incluso para practicar. Tenías trabajo al día siguiente, pero no perdías nada con pasar un par horas ahí con los muchachos. Salieron a pie en busca de Ellen. Nunca habías ido a la casa de Ringo.


Continuará...

6 Response to "Capítulo 23"

  1. María Isa. Says:

    O.O...muero con la historia..amé el capítulo anterior, ahora no sé si quiero que se quede con george o con ringo...Me haces sufrir!! XD

  2. Pia Says:

    Jaja yo tampoco sé todavía con quien quiero que se quede u.u

  3. Maisie Madcap Says:

    Que se quede con George y no discutamos más(?) Sino me hacés un final alternativo donde si o si se quede con George, te pago si hace falta(?) JAJAJAJA me encantan los detalles que incluís sobre el verdadero George Harrison, muy bueno!

  4. Alee Harrison Ulrich McKagan Says:

    tengop q decirlo.. te admiro! xd escribes demaciado bien n.n amo tu nove! será muy famosa ;D

  5. Pia Says:

    Jaja, es algo común y silvestre chicas :P
    Mmmm... no prometo nada, falta que sigan sucediendo cosas jaja. Me gustan mucho ambos, Ringo y George :P

  6. Juuli FreeHugs Says:

    Aaaa que se quede con george.. amé a sus hermanos jaaja pero ringo.. bueno que se quede con paul y al carajo jajja

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